15 de abril de 2018

Diario de un cura: Enganchados a la misa

Domingo, 15 de abril.

Jesús Vega*
No sé si es incorrecto lo que voy a decir. Las misas no son aptas para los niños. No enganchan. Muchos curas se esfuerzan por adaptarse al público infantil, cuando lo tienen. Pero ni las lecturas, ni las plegarias eucarísticas ni los prefacios ni las homilías son, normalmente, comprensibles para los chiquillos. Es imposible hacerse entender por los pequeños de la comunidad si se quieren cumplir las “normas litúrgicas”. Y entre una cosa y otra…, yo prefiero que los niños entiendan lo que decimos y hacemos en la eucaristía. 
Lo que digo de la misa con participación de niños, vale también para muchos adultos. ¿Qué puede entender una persona normal que no ha estudiado teología cuando, por ejemplo, en una oración de la misa de esta semana se decía: “Oh Dios que has querido que tu Verbo asumiera la verdad de la carne humana”. Eso podría entenderse si se dijera con un lenguaje más normal, el que hablamos habitualmente. Pero mientras tengamos los brazos atados con normas y traducciones oficiales, estamos tentando a que muchas personas se desconecten de lo que leemos o decimos. Y acabarán desenganchándose. 
A pesar de todo, nuestra gente creyente hace un gran esfuerzo por entender lo que se dice y hace en la misa. Un día de la pasada semana, al salir de la iglesia, una señora me dijo que seguía semanalmente este programa de radio ("La Plaza de la Iglesia", que se emite todos lo miércoles en Radio Agüimes Onda Libre). Y añadió: “A ver si cuenta un día en su diario que hay personas que estamos 'enganchadas' a la radio y 'enganchadas”'a la misa. Porque a veces una cosa, dijo, lleva a la otra. Y ya me acostumbré a participar de la misa que por nada me la pierdo”.
Me gustaron sus palabras, claro. Afortunadamente hay quienes logran “engancharse” a lo que ayuda a vivir y crecer: la lectura, el cine, los encuentros de amigos, la participación… O la misa. Por eso hay que intentar que se entienda: para que, al menos por ese motivo, nadie se desenganche. Y mucho menos los niños.
*Jesús Vega es Párroco de San José Obrero de Cruce de Arinaga.