19 de agosto de 2017

Agüimes condena los atentados de Barcelona y Cambrils

Sábado, 19 de agosto.

Un momento de la concentración silenciosa en al Ayto. de Agüimes
Redacción
El Ayuntamiento de Agüimes se sumó ayer al dolor y la repulsa por los atentados terroristas cometidos este jueves en Cataluña, en Barcelona y Cambrils, guardando cinco minutos de silencio a propuesta de la Federación Española de Municipios y Provincia (FEMP).
La concentración, encabezada por el Alcalde accidental de Agüimes, Suso Trujillo, sirvió también para mostrar un inmenso sentimiento de solidaridad y afecto por las víctimas, sus familiares, amigos y el pueblo catalán tras los atentados en Las Ramblas de Barcelona, que costó la vida de al menos trece personas y dejó más de un centenar de heridos, y en Cambrils, donde con el mismo método de lanzar un vehículo contra los viandantes, resultaron heridas seis personas, algunas de ellas de gravedad.
Tras la masacre de Barcelona, diversos medios de comunicación se hicieron eco ayer de las declaraciones del agüimense Shaday Pernández, de 31 años y natural del Polígono Residencial de Arinaga, que estaba en su puesto de trabajo en la tienda Nike de La Rambla de Catalunya.
"Vi la furgoneta pasar a toda velocidad delante de mí y cómo se llevaba a dos personas que salieron volando por el aire. Luego oí un estruendo y la gente comenzó a gritar y a correr", explicó Shaday Fernández a Canarias7.
El propio joven del Polígono Residencial de Arinaga y su encargado reaccionaron de inmediato y no dudaron en dar cobijo a la gente que corría aterrorizada, algunas sin rumbo y con el miedo en el cuerpo. "Organizamos la entrada como pudimos de unas 70 personas y cerramos la persiana. No dudamos en encerrarnos porque no teníamos información de lo que estaba pasando fuera", añadió.
Shaday Fernández admite que se vivieron momentos de tensión, nerviosismo y miedo por lo vivido minutos antes en pleno centro turístico y comercial de Barcelona. "Algunas personas estaban heridas, con restos de sangre y llorando. Por suerte, no sé si por mi trabajo, mantuve la calma y poco a poco la situación se fue tranquilizando. Quitamos la música de la tienda y esperamos a que nos dieran alguna indicación", explica.
Entre los cobijados habían niños y, sobre todo, turistas a los que el ataque terrorista les cogió cuando disfrutaban de una tarde de verano en el centro de Barcelona.
Una vez calmada la situación, Sadahy Fernández, que lleva once años viviendo y trabajando en la capital catalana, llamó a sus familiares en la isla para confirmarles que se encontraba bien. Después de cuatro horas pudieron salir de la tienda y asegura que la tarde del jueves será difícil de olvidar. "Nunca había vivido algo tan fuerte", sentencia.