Los ciliindros de agua confinada, o mesocosmos, en medio de la mala mar (Foto: CHIO de Kiel) |
El temporal que barrió el pasado fin de semana
Gran Canaria, con vientos superiores a 90 Km/h y olas de cuatro metros, ha
arruinado el experimento internacional que pretendía analizar cuál puede ser el
comportamiento del océano en los próximo 150 años si el cambio climático sigue
al ritmo actual.
Este estudio, que lidera el Centro Helmholtz
de Investigación Oceanográfica de Kiel (Alemania), pretendía conocer de qué
forma van a responder los microorganismos que están en la base de la cadena
alimentaria y los arrecifes de coral a la creciente acidificación que sufre el
océano como consecuencia de las cantidades ingentes de dióxido de carbono (CO2)
que absorbe cada año de la atmósfera.
Este mismo experimento ya se ha realizado en
otras ocasiones en el círculo polar ártico y en fiordos de la península
escandinava, con aguas frías y ricas en nutrientes, pero nunca se había puesto
en práctica en aguas más templadas y pobres en alimentos como las canarias, que
son espejo del 70% de los océanos.
El ensayo, que comenzó el 5 de febrero en Taliarte
(Telde), se iba a prolongar hasta el 5 de
abril y contaba con nueve cilindros de agua confinada, o mesocosmos, a los que
paulatinamente se iba subiendo el grado de concentración de CO2 para simular
las condiciones en las que el mar se encontrará en los años 2030, 2050, 2070,
2090, 2110, 2130 y 2150.
El objetivo era conocer de qué manera va a
afectar ese proceso a los microorganismos de los que dependen buena parte de
las pesquerías explotadas por el hombre y a los animales y plantas con conchas
o esqueletos de carbonato de calcio, como los que forman los arrecifes que
protegen en todo el mundo numerosos kilómetros de costa del embate de las olas
en los temporales marinos.
Paradójicamente ha sido un temporal, el que
se vivió este pasado fin de semana, el que ha impedido seguir adelante con el
experimento, según relató ayer su director científico, Ulf Riebesell, del Centro
Helmholtz de Kiel, en el blog oficial del ensayo Bioacid.
Riebesell explica que la fuerza del mar ha
arrancado las sujeciones con las que están fondeados los mesocosmos, ha
deformado su estructura metálica y lo que, es peor, ha roto el aislamiento del
agua confinada en algunos de esos depósitos.
"Los vídeos que han grabado los buzos lo
dejan completamente claro para todos nosotros. No tiene sentido continuar con
el experimento", apunta este investigador alemán.
No obstante, precisa que intentarán sacar
todo el partido científico posible a las pruebas realizadas durante estas
semanas y que están estudiando con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
y la Plataforma Oceánica (Plocan), sus dos socios locales, repetir el
experimento más adelante en una zona más protegida.
El Gerente de Plocan, José Joaquín Hernández
Brito, ha explicado a Efe que estudian repetir el ensayo a partir de
septiembre, un periodo del año en el que el estado de la mar en Canarias suele
ser mejor, y en alguna bahía del sur de Gran Canaria.
No obstante, ha precisado que también se necesita
que el emplazamiento tenga capacidad logística, porque los científicos tienen
que acudir diariamente a los mesocosmos fondeados en el mar para tomar
muestras. De momento, ya barajan algunas opciones, como las de Arinaga o Gando,
pero aún no se ha tomado una decisión.