26 de marzo de 2013

Colaboración: "Rajoy y las élites económicas por un lado y los ciudadanos por otra"

Martes, 26 de marzo.

Emilio Botín durante la junta de accionistas de Banco Santander
Roque Aguayro
En la junta de accionistas de la semana pasada del Banco Santander, Emilio Botín, que gana más de cuatro millones de euros al año, pidió al Gobierno de Mariano Rajoy que continúe con sus reformas "valientes y necesarias".
También la semana pasada, Ignacio Galán, Presidente de Iberdrola, que ganó el pasado año más de seis millones de euros, expresó en su junta de accionistas que las medidas adoptadas por Rajoy están dando sus frutos.
Coinciden la banca y las eléctricas, como siempre, en defender unas posiciones ideológicas y económicas que les suponen a nivel empresarial un foco de ganancias multimillonarias y, a nivel personal, un enriquecimiento sustancioso.
Las medidas que apuntan exitosas han conseguido crear más de seis millones de personas desempleadas, un 55% de desempleo juvenil, 12 millones de personas al borde de la exclusión social y muchos más en la pobreza, la desaparición de miles de pymes, el ocaso de las clases medias, etc.
Pero para mayor desprecio de la ciudadanía de a pié, la misma semana pasada nos enteramos que los dueños de las preferentes asumirán pérdidas masivas, con recortes sobre lo invertido que pueden llegar hasta el 70%, y que en el caso de Bankia los más de 400.000 accionistas perderán su dinero.
Es normal entonces que les parezca que todo va bien. Mientras las élites económicas se enriquecen hasta el infinito, la ciudadanía se empobrece, paga una deuda que no le corresponde y se ve sometida a estafas organizadas por la banca sin que el Gobierno y el Estado la proteja.
Roque Aguayro hace un llamamiento a la responsabilidad al PP, para que cese su política de desprecio a la democracia y a los hombres y mujeres de este país, convertidos en meros instrumentos para la especulación económica. Para que pare su política de desmantelamiento de la democracia y de los derechos y libertades. Y llama también a la ciudadanía para que muestre la mayor de las resistencias pacíficas a la destrucción de la sociedad y sus instituciones.