25 de marzo de 2010

El Observatorio Astronómico de Temisas aboga por La Palma para la instalación del E-ELT

Jueves, 25 de marzo.

Gracias a que la ciencia nos aporta nuevos conocimientos, podemos avanzar en la tecnología y construir aparatos, dispositivos e instrumentos con unas capacidades y prestaciones cada vez mejores, por ejemplo, el conocimiento y comprensión de las ondas electromagnéticas hace más de 100 años, ha sido la base para la radio, televisión y los móviles actuales.
Pero también es cierto el proceso inverso. Los avances en la tecnología propician nuevos instrumentos que nos permiten avanzar en la ciencia. Por ejemplo, el microscopio, permitió descubrir la unidad básica de la vida: la célula.
Una de las ciencias más dependientes de la instrumentación y la tecnología es precisamente la astronomía. El ojo desnudo es una herramienta muy pobre para poder descubrir y conocer la inmensa riqueza de objetos celestes que rodean a nuestro planeta Tierra. La poca luz y la inmensidad de las distancias obligan a los aficionados y profesionales de la astronomía al uso de telescopios, que cumplen dos funciones: aumentar la cantidad de luz, y "acercar" los maravillosos y extraños objetos que pueblan el firmamento.
Precisamente, la ciencia de la astronomía ha ido avanzado a golpe de tecnología. Galileo en 1610, con un telescopio de pocos centímetros de diámetro, descubrió las manchas solares y las lunas de Júpiter. Más tarde, con telescopios de un metro de diámetro se descubrieron los planetas Urano y Neptuno. Con telescopios de unos 5 metros de diámetro se descubrieron las galaxias.
Los telescopios actuales tienen unos 10 metros de diámetro y con ellos podemos ver galaxias tan lejanas que se crearon cuando se produjo el Big Bang con el que nació nuestro universo y toda la materia que conocemos.
Cada vez que hemos construido un nuevo telescopio, más grande y potente, hemos descubierto algún tipo nuevo de objeto: galaxias, pulsares, agujeros negros, o bien acontecimientos de una violencia, energía y tamaño inusitados: choque entre galaxias, supernovas, explosiones de rayos gamma, etc.
Actualmente, nos hallamos en otro de esos momentos decisivos en la astronomía. Se está diseñando, y ya hay financiación para un Telescopio Extremadamente Grande (E-ELT), de 40 metros de diámetro y por tanto, 4 veces mayor que los telescopios más grandes que actualmente existen. Un telescopio de ese tamaño es una inmensa ventana al exterior de nuestro planeta, a través de la cual podremos ver más y mejor de todo lo que nos rodea. Así, sabremos más cosas de lo que hay fuera, mucho más allá del sistema solar.
Desde los hombres primitivos, que al oscurecer se reunían alrededor del fuego a la entrada de sus cavernas y miraban hacia arriba, a la noche estrellada, hemos sido miles las generaciones de seres humanos que hemos tenido la curiosidad de preguntarnos que son esos puntos de luz, y nos ha crecido la intriga de saber como sería ver de cerca esas estrellas, y sobre todo, nos hemos preguntado si existirán otros seres inteligentes que habiten en planetas que giren alrededor de una estrella como hacemos nosotros.
En estos meses, se está procediendo a la elección del lugar de instalación del Telescopio Extremadamente Grande. Tras la última reunión del comité, han quedado sólo dos candidaturas para su instalación final: Chile y la isla de La Palma.
Desde estas líneas, y como aficionado a la astronomía, quiero alentar a las administraciones públicas, desde los ayuntamientos, cabildos, comunidad autónoma y el estado español, para que ayuden, apoyen e impulsen los contactos, medidas y declaraciones institucionales necesarios para que ese instrumento de excepcional valor científico sea construido en la isla de La Palma.
Hace 15 años, con los potentes telescopios modernos ya construidos, comenzó una nueva era de la astronomía: el descubrimiento de otros planetas fuera de nuestro sistema solar. Ahora, en nuestros días, ya tenemos detectados más de 400 planetas que orbitan alrededor de otras estrellas, y gracias a los telescopios actuales podemos calcular su tamaño, la distancia a la que giran alrededor de su estrella, e incluso, conocer la composición general de sus atmósferas.
El Telescopio Extremadamente Grande, con sus 40 metros de diámetro, podrá continuar y, sobre todo, profundizar en esta aventura de la búsqueda de planetas y tal vez … de vida.
Será motivo de gran satisfacción que los nuevos planetas, objetos celestes y fenómenos astronómicos que se van a descubrir, se hagan desde la isla de La Palma.
Fotografía: Recreación del Telescopio Extremadamente Grande.